En este libro, el autor nos habla sobre los siete saberes fundamentales que la educación del futuro debería tratar en cualquier sociedad y en cualquier cultura.
Todo conocimiento conlleva el riesgo del error y de la ilusión y la educación debe mostrar que no hay conocimiento sin ello. Aparecen por tanto los errores mentales, los errores intelectuales, los errores de la razón y las cegueras paradigmáticas.
Las creencias y las ideas no solo son productos de la mente, son seres mentales que tienen vida y poder.
Para que un conocimiento sea pertinente, la educación deberá evidenciar el contexto, lo global, lo multidimensional y lo complejo, aunque existen unos problemas esenciales como puede ser la disyunción y especialización cerrada, reducción y disyunción y la falsa racionalidad.
En el capítulo III, en primer lugar se destaca que los humanos estamos a la vez dentro y fuera de la naturaleza y poseen cuatro condiciones: cósmica, física, terrestre y la humana condición
En segundo lugar, habla de “lo humano del humano”. No hay cultura sin cerebro humano y esta es la relación que guarda el bucle cerebro-mente-cultura.
Por otro lado, el bucle “razón-afecto-impulso”, comentar que las relaciones son complementarias y antagónicas.
Otro bucle “individuo-sociedad-especie”, donde los individuos son el producto del proceso de la especie humana y ellos producen la sociedad.
El tercer punto, es que para comprender lo humano debemos ser capaces de comprender la unidad/diversidad.
En el capítulo IV, se habla por un lado de como la educación debe apoyarse de un pensamiento policéntrico alimentado de las culturas del mundo. Por otro lado, la muerte introducida en el siglo XX (armas nucleares, y los nuevos peligros)
El siglo XX se aportan ciertas contracorrientes las cuales prometen intensificar y ampliarse.
Por último, nos habla de la identidad y la conciencia terrenal ya que todos tenemos una genética, cerebral y afectiva a través de nuestras diversidades culturales, individuales y sociales. Y por otro lado, la conciencia de nuestra humanidad que nos debería conducir a una solidaridad y a una compasión recíproca del uno para el otro, de todos para todos.
El capítulo V, nos dice que la toma de conciencia de la incertidumbre histórica se hace hoy en día con el derrumbamiento del mito del Progreso.
El autor nos deja claro que hay un enorme desperdicio de la adquisición en la historia.
Lo que importa, es comprender la incertidumbre de lo real.
Respecto a las incertidumbres y la ecología de la acción, a veces, se tiene la impresión de que la acción simplifica debido a que en una alternativa se decide, finalmente es el entorno el que la toma, esta ecología de la acción comprende 3 bucles, el de riesgo-precaución (doble necesidad), el de fines-medios y el de acción-contexto, acción con tres consecuencias: efecto perverso, inanidad de innovación y peligro de las adquisiciones obtenidas.
El capítulo sexto nos habla de la comprensión, de que hay grandes progresos pero los de la incomprensión son aún más grandes.
Respecto al problema de la comprensión hay dos polos, el que es entre humanos y el individual. La comprensión del sentido de las palabras del otro siempre está amenazada por todos lados.
El autor nos habla de que el etnocentrismo y egocentrismo nutren xenofobias y racismos hasta quitarle al extranjero su calidad de humano.
Por último, nos habla de la conciencia de la complejidad humana, llevando consigo la apertura subjetiva e interiorización de la tolerancia.
El último capítulo se centra en la democracia y en la antropo-ética. El autor nos dice que la sociedad y la cultura son el resultado de las interacciones de los individuos. Los términos individuo-sociedad-especie están estrechamente relacionados. La antropo-ética intenta lograr una humanidad concienciada.
La democracia permite controlar el poder y reducir la esclavitud y en ella el individuo es ciudadano y responsable de sus actos a la vez que expresa sus deseos y se solidariza con su ciudad.
Además de esto, nos dice que, aunque la democracia garantiza los derechos individuales y la protección de la vida privada, en las “sociedades democráticas” actuales no se da con rigor. Destaca, por último lugar, la necesidad de regenerar la democracia regenerando el civismo, la solidaridad y la responsabilidad; en definitiva, desarrollando la antropo-ética propiamente dicha.
Objetivos:
- Reconocer las distintas culturas que se dan en su entorno más próximo.
- Aprender a resolver conflictos de manera democrática.
Contenidos:
- Conocimiento y apreciación de las distintas culturas que se dan en la sociedad de su entorno.
- Aprendizaje del concepto de democracia y su aplicación a situaciones cotidianas.
Metodología:
- En la primera actividad, se tendrán en cuenta las diferentes nacionalidades que se dan en el aula. Se asignará un día determinado para cada nacionalidad y durante esa jornada la profesora mediante mediante juegos y canciones explicará los rasgos más característicos de esa cultura. Los niños participaran también trayendo algún alimento típico, alguna prenda de vestir, algún instrumento, etc. que identifique su cultura y costumbres.
- En la segunda actividad, se dividirá a la clase por grupos. En cada grupo se asignara un “jefe” que hará de portavoz en la puesta en común. Cada grupo tendrá que realizar un mural con distintos materiales ofrecidos por la profesora y deberán ponerse de acuerdo y saber afrontar los conflictos que puedan surgir de forma democrática. Con esta actividad se pretende fomentar el trabajo en equipo y un ambiente ameno y sano a la hora de la realización de distintas actividades.
Temporalización:
- La temporalización de la primera actividad dependerá de el número de nacionalidades presentes en el aula, estableciéndose una jornada para cada una de ellas.
- La segunda actividad se realizara en 2-3 horas lectivas para la realización del mural y otras 2 horas del día siguiente para la puesta en común.
Evaluación:
Las actividades se evaluarán mediante la observación directa y sistemática.
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